La semana del Comité de Observación del Día de los Pueblos Aborígenes e Isleños (NAIDOC) es un momento para reflexionar y celebrar la historia, la cultura y los logros de los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres y reconocerlos como los custodios tradicionales de la tierra en Australia.

El tema de este año para la semana NAIDOC es “¡Sanar el país!” Esto significa aceptar los conocimientos culturales de las Primeras Naciones y su comprensión del país como parte del patrimonio nacional australiano, y garantizar que la cultura y los valores de los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres sean respetados ahora y en el futuro.

Con motivo de la semana del NAIDOC, nos reunimos con Natalie Cromb, una mujer de las Primeras Naciones que pertenece al pueblo aborigen de Gomeroi, e integrante del equipo legal de WiseTech Global. Natalie compartió con nosotros su recorrido hasta convertirse en abogada, cómo su pasión por los derechos humanos y la reforma legislativa está ayudando a crear una sociedad más equitativa y qué significa para ella la iniciativa ¡Sanar el País! y la semana NAIDOC.

¿Cuándo ingresó a WiseTech Global?

Me uní a WiseTech a finales de 2017 durante un período de rápido crecimiento donde trabajamos mayormente en transacciones de M&A. Desde entonces hemos cambiado bastante nuestro enfoque, así que ahora trabajo principalmente en apoyar las necesidades permanentes de la empresa desde la contratación comercial, las cuestiones relacionadas con el empleo, los proyectos de integración, los proyectos de cumplimiento y de gobernanza.

¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser abogada?

En la escuela secundaria me interesaba mucho el estudio de las leyes, y me di cuenta de que ese interés estaba alineado con mis objetivos de justicia social. Me ofrecieron una plaza en la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, por su sigla en inglés), pero finalmente completé mis estudios a través de un sistema de educación flexible a distancia en Charles Sturt University, que me permitió trabajar a tiempo completo, financiando mis propios estudios y garantizando al mismo tiempo que podía ayudar a mi familia y a la comunidad.

¿Puede contarnos un poco sobre el lugar donde creció?

Crecí en Tamworth, un área rural de Nueva Gales del Sur. Mi familia es de Tamworth y Coonabarabran, que son los nombres de las ciudades pero en realidad son parte de un amplio pueblo aborigen llamado Gomeroi, y somos los Gamilaroi del pueblo de Gomeroi. Formamos parte de la reserva aborigen Burra Bee Dee en las afueras de Coonabarabran, en la región de Warrumbungle.

Nuestra región es un cordón montañoso rodeado de vegetación y pastizales. Los Gamilaroi, pueblo al que pertenezco, eran y son un pueblo matriarcal que seguía los sistemas estelares y cuidaba la región teniendo en cuenta los cambios de las estrellas según las estaciones. Nuestras estructuras de parentesco se describen mejor como un círculo de reciprocidad que se extiende más allá de lo individual.

Soy una orgullosa descendiente de Mary Jane Cain, mi tatara, tatara, tatara, tatara abuela. En la década de 1880, ella comenzó su activismo por los derechos del pueblo aborigen para protegerlo contra la violencia y la persecución. Ella presionó y en junio de 1893, a la edad de 49 años, Mary Jane escribió una carta a la Reina Victoria pidiéndole una parcela de sus tierras ancestrales para proteger a los pueblos aborígenes. Le concedieron la región de Forky Mountain y fundó la misión Burra Bee Dee en 1908. Crió cabras y brindó asilo, educación y protección a los pueblos aborígenes de la comunidad mientras continuó promoviendo la protección de los aborígenes durante toda su vida.

En la actualidad, la reserva Burra Bee Dee sigue estando en las afueras de Coonabarabran, donde se siguen llevando a cabo actividades culturales y donde hay un pequeño cementerio donde los aborígenes que descienden de ella descansan en paz.

¿Quiénes han sido los mentores o modelos a seguir que le han inspirado en su vida?

Además de ser descendiente de una de las primeras activistas por los derechos de la tierra en este país, mis tías y mi abuelo fueron modelos a seguir muy importantes para mí.

Mis tías y mi abuelo defendían los principios del parentesco cultural y la responsabilidad, pero también me prepararon para el mundo que me rodea, me enseñaron desde muy temprana edad por qué era vista como diferente cuando era niña y me sentía confundida por los nombres que me decían en el patio de la escuela. Al crecer en una ciudad rural en aquel momento, uno de los únicos puntos de diferencia era mi descendencia aborigen, así que eso era algo de lo que yo era muy consciente al socializar en la comunidad no indígena. Escribí sobre algunas de esas experiencias en la antología Crecer como aborigen en Australia.

A mi abuelo le gustaba mucho darnos lecciones mientras cenábamos, donde nos enseñaba sobre el panorama político de Australia y la histórica lucha por los derechos, así como lo que había que hacer. Mi abuelo no fue considerado ciudadano hasta 1967, a pesar de ser nativo de esta tierra. Experimentó enormes dificultades y devastación en su vida, pero para toda la comunidad de Coonabarabran (aborígenes y no aborígenes por igual) él era conocido por sus almuerzos de los domingos. Cualquier persona en la ciudad que tuviera hambre podía venir a almorzar. Él cocinaba, alimentaba y contaba historias hasta que falleció en 2020 (durante la pandemia de COVID, pero no a causa de esta).

En cuanto a mis inspiraciones fuera de la familia, Maya Angelou y su literatura han sido una de mis principales formadoras con respecto a la defensa de los derechos humanos y a examinar las estructuras desde la perspectiva crítica de la raza y el etnocentrismo. Su noción predominante de amor y humanidad es ampliamente inspiradora, ya que a menudo puede ser difícil para el alma dar tanto en defensa de la justicia y seguir viendo el racismo generalizado en la sociedad.

Otra mentora que tuvo mucho impacto en mi vida fue la profesora Sue Green (entonces en la UNSW), quien me brindó una guía muy cercana en mis primeros años en la universidad. Ella conocía mis responsabilidades familiares, mis responsabilidades comunitarias y culturales, pero también cómo me comportaba como persona. Sus primeros consejos para mí fueron que busque un equilibrio mientras atravesaba mi carrera y mis responsabilidades en la comunidad, para asegurarme de no terminar estresada por dedicar tanto trabajo emocional e intelectual a una sola causa.

Actualmente, mi carrera me permite hacer un bueno uso de mis conocimientos legales, mi experiencia y habilidades de resolución de problemas exclusivamente para los fines establecidos por la empresa. Esto me permite disfrutar del pensamiento crítico sin el peso emocional de la responsabilidad cultural. Fuera de mi trabajo diario es donde empiezan mis responsabilidades culturales y comunitarias. Realizo trabajos comunitarios de muchas maneras, desde escribir, orientar, asesorar y velar por los derechos humanos con un enfoque en el avance de los pueblos indígenas. Sé que si estuviera trabajando exclusivamente en pos de la justicia social, probablemente ya me habría agotado, así que el consejo de la profesora Green definitivamente me ayudó a encontrar un equilibrio.

¿Qué tipo de trabajo de defensa de la justicia social y los derechos humanos realiza?

Fuera del trabajo, soy una defensora en el ámbito de la justicia social y también soy escritora. Ofrezco asesoramiento y ayudo a escritores que recién están empezando a desarrollar sus carreras y ayudo a varios editores a aumentar su diversidad. A través de la escritura, las charlas y mi trabajo de defensa, me han pedido que ayude en grupos de trabajo y asesoramiento. Un grupo en el que actualmente participo está elaborando los instrumentos solicitados para intentar ratificar las Declaraciones de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP).

Otros grupos de trabajo pueden ser cosas como crear modelos de reforma estructural, examinar áreas del derecho que son problemáticas y aumentar la visibilidad de dichos temas.

Me apasiona apoyar las iniciativas en materia de justicia que trabajan para hacer que las instituciones australianas cumplan con estándares más altos, y que inviten a reflexionar de manera crítica sobre su lugar y su responsabilidad en el avance de todos los problemas en este país, no solo los problemas de los pueblos indígenas.

La defensa comunitaria y el asesoramiento legal gratuito es un área particular a la que dedico tiempo, además de apoyar a los servicios comunitarios de primera línea que trabajan arduamente para ayudar a los miembros vulnerables de nuestra comunidad. Puede ser algo tan simple como ayudar financieramente a alguien con los gastos de electricidad. Puede ser el transporte, los alimentos, los comestibles y los productos esenciales básicos, hasta acceder al Esquema Nacional del Seguro por Discapacidad (NDIS, por su sigla en inglés) para madres que necesitan acceso para ayudar a sus hijos con necesidades adicionales.

Si bien culturalmente estoy obligada a brindar apoyo a mi pueblo de todas las formas posibles, me doy cuenta de que soy inmensamente privilegiada de haber tenido la educación que tuve y los consejos a lo largo del camino de las personas que amo y admiro. Mi objetivo principal de todo lo que hacemos en el ámbito de la justicia social es contribuir al movimiento hacia una sociedad más equitativa.

¿Qué significa para usted la semana NAIDOC, y el tema de este año “Sanar el país, sanar nuestra nación”?

La sigla NAIDOC significa Comité de Observación del Día de los Pueblos Aborígenes e Isleños, y es una semana importante para las comunidades indígenas de todo el país. Para mí, la semana NAIDOC es un símbolo de la nación que se toma un momento para contemplar el país y su historia y la presencia permanente de la población indígena local.

Hay muchas maneras tangibles en que las organizaciones y la población de Australia están trabajando para reconocer verdaderamente que esta es, y siempre ha sido, tierra indígena, y están adoptando medidas para reconocer que es una coexistencia, en contraposición a la vieja narrativa de que en este país se “asentaron”.

El tema de este año, “Sanar el país, sanar nuestra nación” es particularmente significativo debido a todo lo que ha ocurrido en los últimos años. En mi tierra natal, hay numerosas minas destructivas de gas de vetas de carbón que han diezmado la tierra y los ecosistemas. Los arroyos y riachuelos de agua dulce ahora son inflamables, y ha habido una serie de muertes masivas de peces debido a los sistemas fluviales que dejan de correr durante los periodos de sequía, donde el drenaje comercial de los sistemas fluviales no se redujo de acuerdo con las condiciones imperantes.

A pesar de mis opiniones personales sobre la política ambiental del gobierno, me sorprende ver algunas de las medidas adoptadas por la Australia corporativa en el marco de la semana NAIDOC en los últimos años. Conforme a la temática de este año, he visto empresas que llevan a cabo días de plantación de árboles, he visto empresas que compran mercancías de empresas ecológicamente sustentables y toman decisiones financieras para realizar transacciones con ciertas empresas que se niegan a apoyar a organizaciones destructivas.

Pero creo que lo más importante es ver a las empresas que toman la iniciativa para reconocer la historia, y la responsabilidad colectiva es lo más gratificante de ver, ya que eso significa que cualquier iniciativa que se implemente dentro de una empresa con esta perspectiva será significativa, y no simplemente un ejercicio de marcar casillas.

¿Qué pueden hacer las organizaciones para apoyar mejor la cultura de los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres?

Creo que todo comienza por tener conversaciones y estar comprometido con el proceso de aprendizaje que implica dar sentido a la muy compleja historia que hemos tenido en este país. Luego, se trata de ver cuál es la opción adecuada para una empresa particular y para la industria dentro de la que opera.

Más allá de tomar decisiones a nivel comercial en línea con los principios de inclusión y sustentabilidad, debemos crear planes conscientes para la diversidad y medirnos a nosotros mismos, responsabilizarnos e implementar una estrategia de mejora continua.

¿Qué consejo les daría a los jóvenes aborígenes e isleños del Estrecho de Torres que quieren seguir una carrera en leyes o tecnología?

Mi consejo sería que busquen las oportunidades y los caminos que ya existen, y luego que identifiquen y que pidan ayuda a mentores de la industria. Desde el punto de vista legal, hay muchas oportunidades increíbles entre los bufetes de abogados y el Colegio de abogados que ayudan y asesoran a los estudiantes de leyes y a los profesionales en los primeros años de su carrera.

Desde la perspectiva de la tecnología, hay empresas y organizaciones indígenas de tecnología verdaderamente increíbles que ofrecen asesoramiento a quienes buscan abrirse un camino en la industria, pero también existe la posibilidad de recibir asesoramiento en el área tecnológica tradicional.

¿Qué pueden hacer las personas para convertirse en aliados respetuosos y auténticos de los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres?

Un consejo que me inculcaron mis tías desde que era niña fue: “utiliza tus oídos y tu boca en la proporción en que te fueron dados”. Creo que cuando aprendes algo, pero especialmente cuando aprendes algo tan importante como la forma de ayudar a los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres, es escuchar atentamente con el corazón abierto.

Proporcionar apoyo en la presencia, forjar un espacio donde se pueda, asegurarse de que los espacios que se forjan sean culturalmente seguros e inclusivos.